Me enamoré del color de tus ojos
Del calor de tu brillo
De la luz de tu inmortalidad.
Y de tu voz.
Así de sencillo: de tu voz.
Me enamoré del viento hecho palabra
De la magia de tu boca
Y de tu voz…
¡Oh! sí de tu voz.
Me enamoré de tu corazón poeta
De lo que tu alma le susurró a la mía
Y del túnel interminable de tus palabras
Que se entregaban por medio de tu voz
¡Vaya!
Tu voz… siempre tu voz.