sábado, 28 de febrero de 2009

Lección

En la cotidianeidad la vida nos da lecciones, pero sólo usualmente, la vida se encarga de darnos lecciones que nos hacen quedar a la deriva en nuestro actuar, nos hace bajar la cabeza de vergüenza, y comernos nuestras palabras, sentimientos, y necesidades.
Lecciones fuertes de bondad, tanta y tan clara, que nos quedamos sin habla, con los ojos llenos de lágrimas, pensando que pudimos ser mejores, que siempre podemos dar más, y ser mejores que lo que estamos entregando mezquinamente a los que nos rodean.

Hoy, escribe “yo” no personaje, hoy escribe el “ego”. Y escribo porque quiero dar GRACIAS públicas a todas las personas buenas de verdad, a las únicas dignas de admirar.

GRACIAS A LAS PERSONAS QUE DEVUELVEN LO QUE ENCUENTRAN EN LAS CALLES.
GRACIAS A LAS PERSONAS QUE NO GUARDAN RENCOR.
GRACIAS A LAS PERSONAS QUE APOYAN Y ACOMPAÑAN.
GRACIAS A LAS PERSONAS QUE AYUDAN A OTROS A SER MEJOR.


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