viernes, 25 de noviembre de 2011

Confesión

Tengo que hacer esta confesión, no es tan grave, porque no desencadenará nada, ya estoy resignada, pero no es tan simple, porque dentro del cuerpo revolotean soles azules.
todos mis arlequines  saben que fue tarde el encuentro, aunque él, es de otro mundo, pareciera que todo lo que existe fuera suyo, y a su vez que nada lo retiene. Que el mundo girara para él lejos del tiempo y del espacio.
Eso es lo que me encanta de él, y ojo que dije me encanta, pues eso tiene, una capacidad de embrujar, de encantar, nótese que sólo dije encantar.
He tenido un sueño, íbamos por una calle de cemento, hablando y de vez en cuando nos enredábamos en algún abrazo, las calles no es por que sea un sueño, pero se veían más anchas que de costumbre, recuerdo el color amarillo  de algunas casas, y su polera blanca con letras negras que se fundía con mi polera verde.

Al despertar supe de embrujo, planeé decírselo, pero hubiera sido terrible, aceptar el hechizo para  quedarme así, sin nada, prendada en el más absurdo sueño de un bufón. Al fin y al cabo, él era un símbolo de lo que yo siempre había soñado comprender. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

relampagos