viernes, 18 de noviembre de 2011

Eternidad constante


Un día de octubre el cielo se me empezó a estrellar
Como un espiral galáctico en movimiento.
Y yo misma, era una estrella, paseando fugaz en la noche
Con mi palabra clara, con tu ausencia cruel,
Y el amor sacándome la lengua por besarte querer.


Yo viajaba a paso lento por los surcos, como un caracol con uñas quebradas
Ah, y apareciste tú, poesía insomne, brotando como vertiente nítida
Inundando amor, sumergiendo besos…


Y nadie supo nada, y todo fue confuso
Y nos quedamos mirándonos
Descubriéndonos definitivos
Como si fuésemos indestructibles.
Y te digo en silencios batientes:
¡Quédate!
Quédate, en donde estás.
En donde estás ahora:


Anidado en este corazón de estrella
Que quiero seguir sintiéndote llegar
Impalpable, gigante, profundo
Que quiero seguir convirtiéndote en aire, en luz, o en noche
Para contenerme a diario, para esparcirme.


Y en una eternidad constante, imparable e intacta.
Subirte, como se sube al sol de medio dìa.

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